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¿Podría ser el agua de mar la solución para la sequía en la Quinta Región?

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La región de Valparaíso atraviesa una de las peores sequías de los últimos tiempos. En aproximadamente cinco años las precipitaciones escasean y el mundo de la agricultura sufre. Ahora, la crisis parece agravarse, ya que los embalses Los Aromos y Peñuelas –almacenadores de agua potable- están en su mínima capacidad ¿Puede la región quedarse sin agua y qué se puede hacer para evitarlo?

Por Francisco Rivera A.

La Región de Valparaíso sufre de una escasez hídrica que tiene a todo el mundo preocupado. La Ligua y Petorca son algunas de las comunas que más se han visto afectadas con la sequía que arrecia hace 5 años. El sector agrícola es el más aquejado con esta situación. No llueve lo suficiente y el agua se agota. Las cosechas se pierden y el agricultor está desesperado.

Ahora parece que la situación no tiene mejora, y de hecho, podría empeorar. Recientemente, se señaló que la sequía podría empezar a afectar en la zona urbana. En palabras simples, el Gran Valparaíso podría quedarse sin agua potable prontamente. Por lo mismo Esval ha empezado una campaña de ahorro de agua, de forma de evitar futuros racionamientos.

¿Por qué puede pasar todo esto? 2 embalses de un total de 3 monitoreados por la Dirección General de Aguas (DGA), y que están destinados al almacenamiento de agua potable, están funcionando en su mínima capacidad. Se trata del embalse Los Aromos y el Peñuelas. De esta forma, la posibilidad de quedarse sin agua potable sin bien no es segura, es totalmente posible si es que las condiciones climáticas no cambian nada.

El embalse Los Aromos tiene una capacidad de 35 millones de metros cúbicos (mill-m3). El promedio histórico mensual es de 25 mill-m3. Sin embargo, en febrero del 2014, sólo tenía 16 mill-m3, y para este año en la misma fecha, el almacenamiento bajó a 6 mill-m3. El caso del Peñuelas es similar. Este embalse tiene una capacidad de 95 mill-m3 y su promedio histórico mensual ha sido de 22 mill-m3. Para febrero del 2014, su almacenamiento fue de 6 mill-m3 y bajó aún más para el mismo mes de este año, sólo 4 mill-m3.

Decidimos acercarnos a diferentes expertos de universidades locales para conversar y conocer su opinión respecto a la posibilidad de que el Gran Valparaíso pueda quedarse sin agua potable. Y les preguntamos cuáles son las opciones para esta situación y enfrentar definitivamente la sequía que ataca a la región de Valparaíso hace ya largos años.

Para la secretaria académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Playa Ancha (UPLA),  Verónica Meza, la situación actual de sequía es grave, y el agua potable no sólo escasea para los sectores más urbanizados de la región de Valparaíso. “En Petorca son como ya 10 años de sequía, donde la gente no tiene agua potable en la llaves, ni tampoco hay agua para la actividad agrícola”, señala la ingeniera.

Según Verónica Meza es difícil determinar con certeza se podría acabar el agua potable en el Gran Valparaíso. “Una cosa es medir la cantidad de agua de los embalses, otra es la cantidad de agua de los acuíferos, que son las napas subterráneas, otra es hacer un estudio de los caudales y de las precipitaciones. Nosotros hicimos estudio y en precipitaciones no se podía decir nada, pero en caudales de cursos de agua estaba en un franco decrecimiento, y a una tasa grande, en algunos casos de un 50%, lo cual significa que en un par de años se seca. Si continua así, existiría una probabilidad”, explica Meza.

Para el ingeniero son necesarios más estudios al respecto para ver qué tipos de soluciones se pueden llevar a cabo. “Acá hay un proyecto que lo lidera la profesora Eva Soto, donde ella propone una técnica que es para recuperar las aguas jabonosas y grises de las casas. Hay otras cosas más, como el riego con soluciones salinas, filtros con diatomeas, filtros de agua de mar con vaporizadores, ese tipo de cosas”, asegura la experta.

Según Sergio Erazo, en cuanto a precipitaciones no son los peores años de sequía de la zona, el problema es que hoy demandamos más agua que en tiempos anteriores

Según Sergio Erazo, en cuanto a precipitaciones no son los peores años de sequía de la zona, el problema es que hoy demandamos más agua que en tiempos anteriores

EL CLIMA VA A CAMBIAR

Sergio Erazo, del Laboratorio de Metereología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), prefiere ser cauto respecto al clima de la región de Valparaíso y este periodo de sequía. “Hay obras escritas como de Vicuña Mackenna, donde él indaga las condiciones meteorológicas del Chile central. Después de un análisis larguísimo con muchos antecedentes, se llega a la conclusión que Chile es y va a seguir siendo un país sometido a grandes periodos de sequía y también de inundación”, señala Erazo, asegurando con esto que el clima va a cambiar tarde o temprano.

Además, Erazo aclara que este no es el periodo de mayor sequía en la región, en cuanto a precipitaciones. “En 1968, tuvimos 60 milímetros de agua caída, esa sí que es sequía. Hay que recordar que el año pasado tuvimos 300, y el anterior tuvimos 320. Por lo tanto, si hablamos en términos de cantidad de agua caída, no son los años más extremos los que hemos vivido”, indica el meteorólogo.

Sin embargo, Erazo entiende que desde el punto de vista económico y principalmente relacionado con la actividad agrícola sí existe una situación de sequía extrema. “Por ejemplo, en 1986 Casablanca tenía 20 hectáreas de viñedos, hoy tiene 5 mil o 6 mil, y la precipitación es exactamente la misma que teníamos hace 20 0 30 años atrás. Se producido un problema fundamentalmente con el exceso de agricultura  y el exceso de uso de agua que tenemos, al margen que también ha aumentado la población”, explica Erazo.

¿ES UNA SOLUCIÓN UNA DESALADORA?

Patricio Winckler, Ingeniero Civíl y académico de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso (UV), está a cargo de un pequeño proyecto de una desaladora. ¿Qué es eso? Básicamente una planta que transforma el agua de mar,  con altas concentraciones de sal, en agua apta para el consumo humano. Por lo cual, ésta tecnología podría ser la solución para la sequía  de la región y de la escasez de agua potable. Winckler nos explica los pros y los contras de una desaladora.

“El agua de mar es para efectos prácticos un recurso infinito, en términos de disponibilidad, por el otro lado, si tú miras hacia el cerro tienes un recurso escaso, en un contexto de cambio climático”, explica el ingeniero, agregando que esta es una tecnología que ya se está utilizando en países como Israel, pero también en lugares mucho más cercanos, e incluso dentro de nuestro mismo país, como en Antofagasta. Por lo tanto, desde el punto de vista técnico, explica Winckler, es totalmente posible para una ciudad como Valparaíso.

Sin embargo, la solución tiene ciertos problemas, como por ejemplo el costo. El proceso es caro, ya que hay que tener energía para sacar los iones de la sal, y así transformarla en agua potable. Además, son necesarias bombas para llevar el agua del mar hasta la planta en tierra. “Hay una tercera pata, es que si uno quiere una planta relativamente grande, para alimentar ciudades como Valparaíso, hay que hacer obras marítimas, las cuales usualmente son complicadas”, indica Winckler como los puntos que hay que sortear para que una desaladora sea una realidad en la ciudad puerto.

Fuente: La Otra Voz, revisado 16-04-2015