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Cubiertas vegetales llegan a edificios residenciales

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Mucho más que una solución atractiva a los ojos, los techos y muros verdes representan un aporte al medio ambiente y a la sustentabilidad de las construcciones. Por ejemplo, ayudan a respirar mejor.

  
Cada vez es más común toparse con edificios tapizados de vegetación, ya sea en sus paredes y sus techos. Más allá de una moda o un elemento estético, estos nuevos muros verdes aportan valiosas ventajas tanto económicas como ecológicas y por eso se han convertido en un importante elemento para conseguir un desarrollo urbano sostenible.

 

En términos concretos, las cubiertas vegetales son una infraestructura adicional a la cubierta de un edificio, que incluye siempre al menos tres componentes: un aislamiento extra al regular, principalmente para aislar humedad y penetración de raíces; un sustrato, donde crecerán las plantas; y el material vegetal propiamente tal.

 

“Es un tratamiento técnico para incorporar vegetación en construcciones horizontales, verticales o inclinadas, que permitan generar benéficos medioambientales y sociales”, explica María de la Luz Barros, directora comercial de Verde Activo, responsable de la instalación del techo vegetal del Edificio Las Condes 13.800, de la Inmobiliaria Molina Morel.

 

Si bien las cubiertas vegetales ya son comunes en oficinas o centros comerciales, el edificio de Molina Morel es uno de los primeros residenciales en incorporar estas soluciones y postular a la Certificación LEED.

 

Los pioneros

 

Aunque en Chile es algo nuevo, a nivel mundial Canadá y Estados Unidos van a la cabeza en cubiertas vegetales, mientras que en Europa es Alemania el líder, cuando en los años 70 comenzaron a tecnificar la construcción de los techos vegetales, incorporando elementos tecnológicos que permitieran un mejor desempeño y menor peso.

 

María de la Luz Barros cree que en Chile estamos muy atrasados, ya que no existen normativas al respecto ni una política pública que incentive el desarrollo de la industria.

 

En este sentido, cree que la certificación LEED ha permitido que se reconozca a los techos vegetales como un real aporte al medio ambiente, “creando conciencia de la importancia de devolver a la cuidad las áreas utilizadas en construcción como áreas verdes, lo que ha permitido que se incorporen en muchos proyectos”, dice.

 

Las ventajas

 

Es que las cubiertas vegetales proporcionan una gran cantidad de puntos para certificarse LEED, por lo que generan gran interés entre las constructoras que apuntan a lograr esta certificación.

 

Los beneficios de estos muros y techos son indiscutibles. A nivel público estas construcciones se transforman en un pequeño pulmón verde, ya que aumentan las superficies disponibles para áreas verdes urbanas como parques y jardines. También ayudan a una mayor retención de las aguas lluvias, por lo que el escurrimiento es más lento, y permite la creación de islas naturales, que son hábitat para plantas, animales y aves.

 

Además, las cubiertas vegetales son una solución sustentable para grandes construcciones, ya que por ser aislantes ahorran energía en aire acondicionado o en calefacción, y disminuyen la absorción de ruido, por lo que mejoran la aislación acústica. Además, aprovechan las aguas lluvias, almacenándolas en pequeñas celdillas de los drenajes de los techos, reduciendo el caudal de escorrentía urbana, ayudando a evitar inundaciones. Y disminuyen el efecto de “isla de calor urbana”, que se produce porque hemos reemplazado la vegetación natural por pavimentos y construcciones.

 

En tanto, el edificio mismo logra una mayor eficiencia energética, al tener más aislación en la cubierta, lo que actúa contra el calor extremo y contra la pérdida de calor por uso de calefacción en invierno. Y en términos económicos aumenta la plusvalía del inmueble, ya que las áreas verdes siempre se relacionan con el aumento de los valores.

 

“Este tipo de cubiertas aporta para aumentar las áreas verdes, ahorros energéticos en climatización, y mejora la calidad de vida de las personas que viven en zonas cercanas a áreas verdes”, dice María de la Luz Barros.

 

    Fuente: El Mercurio, a travès de www.dconstrucción.cl, revisado el 13-08-13