Hace dos años OHL Concesiones estuvo cerca de quedarse con la concesión del Terminal Costanera Espigón de San Antonio, pero debió resignarse ante la mejor oferta económica del Grupo Matte que finalmente canalizó sus operaciones en lo que hoy es Puerto Central. A partir de ese momento, el grupo español, a través de su filial, se esmeró en su afán de entrar al negocio portuario y vio su oportunidad en el Terminal Dos de Valparaíso.

Junto a un consorcio liderado por el grupo regional Urenda, a través de Grupo de Empresas Navieras (GEN), fueron los únicos candidatos a quedarse con el Espigón, el último sitio de aguas abrigadas disponible en el país, luego que los incumbentes decidieran no participar. "Esperamos quedarnos con esta licitación, pero hay que ver lo agresiva que es la oferta económica del otro participante", había confesado el director de OHL Concesiones, Sergio Merino, al momento de oficializar su interés en participar. Una semana después celebraba pues en definitiva el Imax presentado fue incontrarrestable. De hecho, es el más bajo que se ha presentado en una licitación portuaria en el país.

En el mes de octubre se firma el contrato de concesión entre OHL y la Empresa Portuaria de Valparaíso. Sergio Merino adelanta lo que será la llegada del conglomerado español que construirá en Chile su primer puerto fuera de España.

"Es una satisfacción muy grande aunque el nerviosismo se vivió hasta el final, y personalmente hasta que mostraron la tercera variable todavía tenía la duda pero allí supe que habíamos ganado nosotros", manifestó el ejecutivo de OHL.

¿Qué pasos vienen?
Montar la empresa, empezar a operar el Espigón y comenzar la ingeniería de detalle para el proyecto constructivo; hay que obtener los permisos que corresponden y en fin, otras tareas. En cuanto a la construcción, lo más probable es que OHL Construcciones sea la que levante la obra.

¿Cómo ve la situación de Valparaíso sobre todo en los accesos?
Dentro de lo que es el movimiento portuario con los dos terminales a full y operando la ZEAL (Zona de Extensión y Apoyo Logístico) en forma eficiente como lo está haciendo hasta ahora no vemos grandes problemas. Ahora, los accesos a los puertos siempre son un problema y en el caso de una ciudad puerto con mayor razón, pero no lo vemos como un cuello de botella que inhiba la operación de los dos terminales a full capacidad.

¿Cuándo proyectan terminar la primera fase de construcción?
Yo creo que la primera fase, entre estudio de proyectos, construcción y otras consideraciones, deberíamos estar hablando de tres años y medio a cuatro años.

¿Y a full operación?
Es que eso va a depender. La segunda fase la vamos a decidir en función de cómo esté evolucionando la demanda y la operación. Allí veremos si continuamos todo el proyecto sin interrumpirlo o lo hacemos en dos fases. Si se continúa todo el proyecto eso requiere más o menos un año y medio más.

¿Cómo prevé la relación con el otro terminal concesionado (TPS)?
Yo diría que acá hay que tener normas de buena vecindad. Entiendo que alguien que esté, hace lo posible por quedarse solo. La empresa portuaria hizo un planteamiento que encontramos atractivo y en función de eso nos presentamos. Ahora el contacto con TPS probablemente lo vamos a tener en algún momento.

El hecho de que en Valparaíso los paros no sean con la misma frecuencia que en otros puertos, ¿fue algo que tomaron en cuenta?
Como cuestión general, en Chile existe la llamada paz social. Ahora, hay sectores que tienen algún problema como el portuario pero para nosotros eso no es inconveniente. Por ejemplo, no tuvimos problemas en presentar una oferta por San Antonio pese a que sabíamos que tenía un nivel de conflictividad mayor que Valparaíso. Por lo pronto, apostamos a que el nivel de paz social se va a mantener. 

    Fuente: El Mercurio, Valparaíso, a través de www.mundomaritimo.cl, revisado el 19-04-13